En el colegio nos decíamos algunos hace mucho tiempo, leyendo y estudiando "cosas" porque no nos entraba en la cabeza que fueran posibles. Nuestros profesores, nuestros políticos, la prensa, cuando no los jueces, se encargaban siempre, muy amablemente, de convencernos de lo inverosímil de las "cosas"; o de algunas "cosas".
Me refiero al aireado tema de los "jabones" pretendidamente fabricados por los alemanes, durante la SGM, con "la grasa de los judíos". Para algunos, siempre ha sido lógico dudar de ello.
Principalmente, porque los buenos jabones de antaño se fabricaban siempre con grasa de cerdo y otros elementos. Aún hoy, en los pueblos, las familias siguen haciendo sus jabones caseros después de la matanza. Pero claro, el cerdo y el judío son incomparables.
El cerdo es un animal casi 100% aprovechable.
Para otros, como ciertos historiadores y defensores de la Verdad, que descubrieron la mentira del jabón y otras mentiras más y lo publicaron o defendieron, les valió penas de prisión y multas astronómicas. Por no hablar ya, finalmente, de los que supuestamente fabricaron aquellos "jabones de grasa de judío" con sus manos, y pagaron con la muerte incluso una culpa que nunca tuvieron; unos "hechos" que no cometieron; que nunca sucedieron.
En fin, el que más y el que menos de los que no hemos creído nunca el tema de los jabones judíos, hemos sufrido las consecuencias. Sólo por dudar del asunto, alguno se llevó un "cero" en las clases de historia, o un puñetazo de algún demente en cualquier bar, tratando de demostrar lo evidente o de lo que somos creyentes...
La cuestión es que, después de décadas de engaño, persecución, rios de tinta en prensa y literatura hablando del holocausto y los "jabones", el otro día pudimos leer en el diario "El Mundo" del miércoles 5 de Abril de 1995, el siguiente titular: "NINGUNA PASTILLA DE JABON FABRICADA EN EL HOLOCAUSTO CONTENIA GRASA DE JUDIOS"
No podía creerlo, pero estaba ahí, delante de mis ojos. Un hermoso artículo divulgando a los cuatro vientos algo que los "malos" llevamos 50 años tratando de explicar. Como una gran noticia novedosa. Como un cuento de Julio Verne que se hace realidad. ¡Y en los sótanos y prisiones de toda Europa hay gente recluida por afirmar lo mismo que decía "El Mundo" aquel 5 de Abril! ¡Increíble! "Lagarto, lagarto", me dije yo de nuevo, igual que hace años ya. Pero no, tras leerlo me convencí de que por fin había un indicio de decencia entre todas las páginas de ese diario. Sólo por ello, merece la pena transcribirlo íntegro aquí: "SUSPENDIDA LA SUBASTA DE UN JABON NAZI" "Ninguna pastilla fabricada en el holocausto contenía grasa de judíos" Jerusalén / E. G. G.- "Una pastilla de jabón que, según su propietario, fue fabricada por los nazis con grasa de judíos no se subastará en Tel Aviv como estaba previsto el próximo 25 de Abril".
"La pieza se retiró de la subasta en la que debía de salir al precio de 300 dólares después de numerosas protestas particulares e institucionales. Basándose en el testimonio de supervivientes del Holocausto que a su vez citaban a oficiales nazis, los historiadores consideraron cierto durante décadas que los alemanes fabricaron jabón con los prisioneros de los campos de concentración, una posibilidad que desde hace años se rechaza".
"Hay quien aprovecha el miedo y las obsesiones de la gente para presentar cosas que hoy sabemos que no sucedieron. Lo importante es que ocurrieron hechos lo bastante horribles para que no sea necesario inventar otros", declaró el profesor Yehuda Bauer, presidente del Centro para el Estudio del Antisemitismo de la Universidad Hebrea." "Esta es la primera vez que en Israel se pretendía poner a la venta una pieza semejante, una actividad que no es rara en medios neonazis de Europa y Estados Unidos, cuyas revistas publican a menudo anuncios de este tipo como burla y escarnio".
"La pastilla en cuestión pertenece a una persona de Tel Aviv que asegura que su padre se la llevó consigo tras emigrar a israel desde el campo de concentración de Buchenwald al término de la Segunda guerra Mundial". El Mundo, 5-4-95 Así que a ese judío estafador le han parado los pies sus mismos correligionarios. Tal vez sea una extraña maniobra Enemiga. La cuestión que queda -entre muchas otras- es por qué no sufrirá prisión y multas por mentir, por estafar, por engañar a la humanidad. Esos son los cargos que nos imputaron siempre a los que defendimos lo que ahora anuncia la prensa. Tampoco airean el nombre del judío que quería estafar, como hacen cuando se trata de un nazi.
Otra cuestión a plantearse ahora es: ¿Quién nos compensará de aquellos "ceros" en historia por defender nuestras dudas? Y lo principal de todo: ¿Podrá y tendrá que seguir creyendo la gente todo lo que continúan contando sobre el "Holocausto"? ¿Hay derecho a que sigan proyectando en T.V.E. de nuevo la serie "Holocausto"? Los Arios de las generaciones más jóvenes, quizá no tengamos pesares sufridos tan importantes por los que ser indemnizados -defendiendo la verdad- como los que han vivido nuestros antecesores de la SGM, fusilados algunos de ellos, condenados otros a largas prisiones y trabajos inhumanamente forzados, vejados y mutilados en increíbles torturas... por fabricar "jabones" con "grasa de judíos" ¡No!, nosotros, salvo el derecho a pedir explicaciones por haber sido engañados por los que vencieron (?), apenas podríamos exigir "nada" a cambio de tanta patraña. Tal vez merezcan más indemnización y justificación los de nuestra misma generación que, siendo hijos o nietos de los que perdieron (?), han llevado la cruz, la marca y el lastre de la asquerosa propaganda sionista mundial durante cinco décadas. Insultados, humillados, avergonzados...¡sin razón! En mi caso particular, recuerdo un maravilloso febrero de 1982, en la clase de historia de mi antiguo instituto, donde el profesor de "historia" nos explicaba muchas "historias" de la SGM. En aquellos tiempos, ya se me había caído el velo de los ojos gracias a la incansable labor de numerosos personajes tan reconocidos como odiados en todo el mundo por decir la verdad de la Historia de la SGM.
Nuestro venerable "Don Remigio", "ducho" profesor en Arte e Historia, se cebaba aquella tarde de invierno en nuestro aula, hablándonos de las fantásticas pantallas para lámparas, hechas por los alemanes en el "holocausto" con la piel de los judíos; de los jabones fabricados con su grasa, de las fabulosas almohadas rellenas de su pelo para las cabeceras de los oficiales SS...y un largo etcétera de alucinantes cuentos más.
De nada y de mucho me valió levantar la mano aquella tarde para pedir la palabra y replicar...De nada porque fue inútil, en mi corta edad de entonces, hacer razonar a un cura casi senil, orgulloso de su "sapiencia". Pero me valió de mucho porque, gracias a su magnífico castigo, en honor de mi "desfachatez" por tratar de replicarle el "asunto" de los "jabones", en los meses siguientes me aprendí "El Quijote" al pie de la letra. Si, hube de pasar tardes y noches enteras, en vez de estudiando, escribiendo la obra de nuestro querido Cervantes como castigo.
Además, por supuesto, de un colosal y permanente "cero" en todas las evaluaciones del resto de aquel curso.
Tiempo al tiempo, la porquería va saliendo a flote. Hoy son los jabones y, mañana será la Verdad entera para el Mundo entero.
El Destino decidirá y la Justicia actuará.
martes, 26 de agosto de 2008
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